Las estampadas, salvo excepciones, tienen un uso muy limitado porque, por ejemplo, no combinan nada bien con americanas, una tendencia del pasado que todavía se ve más de la cuenta, sobre todo en la televisión. Ahora no hace falta ir al estadio para vestir la camiseta, ni siquiera conocer el equipo del que la llevas probablemente; pero hay un florecimiento de la cultura hincha palpable en las dinámicas culturales y comerciales actuales.