No voy a alargarme mucho describiendo por qué el Athletic Club viste de rojo y blanco (la historia vale también para el Atlético de Madrid). Pocas veces ha habido tanta unanimidad para elegir a la camiseta protagonista de hoy como una de las más feas (o quizá menos apropiadas) de la historia. Al principio, usaron una tonalidad celeste, que luego fue oscureciéndose.