La camisa blanca y los pantalones largos y ajustados, veinte centímetros por encima del tobillo. Fue el mismo motivo que propició la fundación del Madrid Club de Fútbol Femenino por Alfredo Ulloa, quien además en su caso su escudo se diseñó también a semejanza del club blanco. El fútbol (todavía denominado «football») comienza a percibirse como un deporte serio. Ya en la década de 1910, la equipación se vuelve más deportiva y menos elegante que en sus primeros años.